domingo, 28 de octubre de 2012

Entrada 3. Miedo a tropezar



Me siento triste y débil. Hace varios días que no estoy tranquila por tantos problemas que me rodean. Tal vez debería independizarme y buscarme una vida lejos de mi familia. No  los entiendo, son muy severos conmigo. He llegado a pensar que no me portó mal, cómo para que me traten de esa forma y cada que  se enojen conmigo digan-¿Por qué no te largas sino te parece?-en realidad no entiendo porque de la nada me corren.


¿Por qué los padres muchas veces no entienden que estamos aprendiendo a vivir? Necesito su apoyo y compresión como cuando era niña. En ese entonces también me dejaban mucho sin la figura de unos padres. Soy indefensa para enfrentar la vida aún. Piensan  que porque ya soy mayor de edad puedo ser independiente. Tal vez tengan la razón. Creen que necesito solo de su apoyo económico, cuando en realidad, quiero encontrar  en ellos verdaderos amigos, en los que pueda confiar. En los momentos más difíciles he encontrado un amigo incondicional, mi novio, siempre está dispuesto para escucharme y darme buenos consejos. Me entristece saber que ellos no se prestan para escucharme.


Aunque he pensado  irme de mi casa siempre viene a mi cabeza: ¿qué haría sin ellos? He llegado a pensar que podría ser mejor. No me sentiría triste porque me desplazan de su vida cómo si no me quisieran y no se preocuparan por mí. No los culpo si se portan de esta manera por haberme tenido muy jóvenes. Extrañaría mucho a mis hermanitas ya que ellas siempre me brindan alegría. Algunas veces me hacen enojar pero siempre termino riéndome. Mi obstáculo no es trabajar para ganarme el sustento ¡No, esó no lo es! Sino que no me gusta la soledad. Muchas veces he querido irme, para probar cómo es estar sin el apoyo de mis padres. El  miedo que me invade es mayor que las ganas de probar qué pasa si me voy. Algún día lo tendré que hacer pero aún no me siento lista.


-¿Vamos a vivir juntos?-dice Luis-me agrada la idea. Nos queremos mucho y tenemos una buena relación. El tiempo que llevamos de conocernos es suficiente, pero nunca se termina de conocer del todo la forma de ser de alguien. Lo  hemos pensado mucho y estamos planeando hacerlo muy pronto. Antes debemos encontrar un trabajo para satisfacer los gastos que lo implican y estar seguros de hacerlo. Será un gran pasó. No puedo saber si me hará tropezar.

domingo, 21 de octubre de 2012

Entrada 2.Un cielo despejado


El amor es una sensación, un sentimiento que todos describimos diferente. Muchas personas suelen decir “me enamoré a primera vista”. Es erróneo pensar que sientes amor por alguién que ni conoces. Tal vez te parece que es realmente atractivo quién dices que te enamoró con sólo verlo, pero ¿en verdad será  amor?



Hace cinco años conocí a la persona que desató en mí ese sentimiento tan indescriptible. Mi  amistad con él era muy amena, nos encantaba pasar muchas horas juntos. Sin darme cuenta, cuando no nos veíamos, lo extrañaba mucho. Salíamos de paseo siempre que teníamos oportunidad. Nos tomábamos de la mano para cruzar las calles, para que me ayudara a bajar del transporte o incluso de escaleras. Simplemente existía cualquier pretexto para hacerlo. Cuando lo sentía tan cerca de mí, el corazón se aceleraba, estaba muy feliz  y sonreía más de lo normal. El tiempo se pasaba muy rápido.



 En nuestra primera cita fuimos a Bellas Artes. Nos sentamos en las jardineras que están frente al palacio. Se nos acercó un muchacho con rastas y nos ofreció inciensos. Le compramos una cajita: no hace mucho, por cierto, la encontré y el olor permanecía intacto, como la primera vez que la abrí junto a Luis. Después fuimos a la Torre Latinoamericana. Era la primera vez que ambos subíamos a observar por el mirador.


 Ese día fuimos a comer a “Viva la pizza” todo iba perfecto hasta que se me derramó mi vaso de refresco y le mojé un poco su pantalón. Me dijo que no me preocupara, que no pasaba nada, y le  ayudé a secarse con servilletas. De algo estaba segura, que este paseo no era como los demás, ya que nos empezamos a tratar muy diferente. No solo como amigos.

 En diciembre 2008 empezamos a ser novios. Como siempre, salimos sin saber adónde iríamos. Después de ponernos de acuerdo decidimos ir al parque de Chapultepec. Caminamos casi  todos sus rincones. Estaba muy cansada, así que nos sentamos  a comer un refrigerio en el pasto, bajo una sombra tenue de un árbol  pequeño. Nos recostamos a mirar el cielo despejado. Nos abrazamos, y en ese escenario nos dimos nuestro primer beso. No fue cualquier beso. Será inolvidable. En esos momentos dejó de pasar todo a mí alrededor, el tiempo se detuvo como en una cápsula. Sentía como si flotara. Soy tan feliz con mi amor.

domingo, 14 de octubre de 2012

Entrada 1. Vendrá un nuevo amanecer




Un amanecer cálido al levantarme me hace más feliz el comienzo del día: ver desde mi ventana la pequeña ciudad y a lo lejos unas montañas por donde se ve salir el sol. Una espuma de nubes color rojo me incitan a salir al balcón a sentir el suave viento de la mañana.

Disponiéndome a realizar mis actividades diarias me dirigí a la cocina.Me di cuenta de que en esa alacena despintada y de mal gusto que mi mamá tiene se había terminado el café. En realidad tenía mucha pereza como para salir a comprar, así que mi única solución fue beber leche.

Toda la tranquilidad que hasta ahora sentía me hizo olvidarme de mis prioridades y como si toda mi vida diera un giro, pasé a una situación de desesperación y angustia. Recordé que debía pasar al hospital a sacar una ficha para la consulta mensual de mi abuelito. Por suerte mi mamá no se enteró, porque aún no regresaba de la primaria ya que fue a dejar a mi hermanita,   si  me encontraba aún en casa me iba a ir muy mal por ser tan distraída.

Me apresuré a lavarme la cara y los dientes. Me cambié rápidamente. Salí de mi casa y Luis ya me esperaba un poco desesperado .Dijo que había tardado mucho en salir. Subimos al autobús rumbo al metro Rosario. Platicamos un rato y sin darnos cuenta nos quedamos dormidos. Desperté cuando ya me tenía que bajar en la Gustavo Baz, le dije a mi novio que lo veía más tarde, entonces corrí  hacia la clínica 72  para sacar la ficha. La  secretaria que me atendió  se portó muy grosera, pero ante todo no perdí la calma y no le conteste mal porque si no me iría peor. Además de que no me atendería rápido.

Salí y llamé a mi abuelito para avisarle a que hora tenía su cita, caminé para abordar el transporte y así llegar a mi clase. Que alivio sentí  al saber que había cumplido con el favor que me pidieron, aunque ahora me sentía preocupada porque llegaría tarde a mi clase. Me daría mucha pena entrar cuando habían transcurrido  ya 20 minutos ,no acostumbro entrar tarde pero este día era la excepción; al salir me dirigí al salón donde tenía  clase  Luis  para que fuéramos a comer juntos .Lo espere unos cuantos minutos y salimos de la escuela  a buscar  comida.