lunes, 12 de noviembre de 2012

Entrada 5. La perla roja






Después de un largo camino llegamos a la casa de Eva a las 10 de la noche. Ella nos esperaba en la entrada. La saludamos y abrazamos. Nos preguntó “¿Y sus disfraces o traen su credencial de bizbirije?”.Contestamos que lo traíamos guardado. Nos invitó a  pasar. Bajamos una escalera que parecía no terminar. Nos llevó a la sala donde estaban nuestros amigos e invitados de los festejados que no conocíamos. Óscar dijo “qué chido que vinieron”, sonreímos. Luis lo abrazó y yo le seguí. Decidimos ir a ponernos el disfraz. Él fue al baño que estaba arriba, y yo, al que estaba cerca de la sala. Mi disfraz era de Alicia en el país de las maravillas, y el de Luis, de Pirata.


Entramos a la cocina para comer del festín que nos preparó Eva. Al terminar salimos al patio donde estaban bailando, platicando y bebiendo. Alrededor de las dos de la mañana, yo había tomado alcohol y estaba más feliz de lo normal. Reía mucho. Entré a la sala y me senté. A mi lado estaba un chavo disfrazado de chaka. Al principio me daba miedo porque yo ignoraba que era un disfraz.Me enteré porque me lo dijo mi amiga Eva. Después de un rato me preguntó mi nombre y le dije ”me llamó Ana”. Después de lo dicho se quedó callado. Pasando unos minutos me habló nuevamente y dijo ”¿No quieres una perla?.Es solo para entrar más rápido en ambiente”. Sin decirle nada, me la pusó sobre la palma de mi mano. La guardé y salí de nuevo al patio donde todos se disponían a romper una piñata, la cual fue arrojando su contenido después de varios golpes. Caían dulces típicos, cajetillas de cigarros, tangas, condones y muestras de lubricante.


Con todo lo que pasaba a mi alrededor había pérdido de vista a mi novio. Mientras lo buscaba pasé por la mesa de las bebidas y tomé de ahí una piña colada. Metí mi mano en mi bolso y sentí la perla. Decidí comerla. Tenía un sabor desagradable así qué bebí piña colada. Llegó Luis con Brenda y traían unas bolsas de botanas. Me dijerón que salierón repentinamente y no hubo tiempo de avisarme. Ella se disfrazó de duende pero todos creímos que se había disfrazado de chocorol. A la hora de premiar ella ganó lo prometido y algunas cosas más, porque había provocado tanta gracia a los presentes  que deseaban compensar su creatividad.

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